Identidad lasaliana: «Estás en casa», sigámos teniendo presente el lema del curso

Comenzábamos el curso 2021-22 con la incertidumbre que nos proporcionaba todo lo relacionado con el covid-19 (pandemia, vacunas, mascarillas, grupos reducidos, mantener distancias, contagios…) y con la ilusión propia de comenzar algo nuevo. Se nos presentaba el lema de curso, “Estás en Casa”, para reforzar y trabajar a lo largo del curso dos valores del proyecto educativo La Salle: los valores de la acogida y de la aceptación del otro. Dos valores que están interrelacionados entre sí y que no se pueden dar el uno sin el otro.

No está mal que a mitad del curso refresquemos el Lema y su significado y retomemos la ilusión del inicio de curso para que los carteles, que ya estamos acostumbrados a verlos, no pasen desapercibidos y sigan ejerciendo sobre nosotros esa llamada de atención de verlos como si fuera la primera vez, pero con la profundidad de que ya sabemos de qué van.

Con el lema “Estás en casa” queremos: practicar la acogida con “los de casa”, es decir, construir un colegio donde todos nos sentimos más cercanos, donde todos nos ayudamos a sentirnos como en casa; prestar atención y cuidado a aquel que se sienta a mi lado o convive conmigo como si se tratara de un hermano; sentirnos todos (educadores, padres/madres, alumnos, personal del PAS, Hermanos, Asociados, catequistas y colaboradores) parte de un mismo proyecto educativo y como si fuera propio.

El lema también nos invita a seguir desarrollando en nuestro colegio un proyecto de educación integral, para que los niños y jóvenes que educamos, particularmente los que necesiten más de nuestro cuidado y ayuda, puedan dar respuestas a las esperanzas de las personas de nuestra sociedad y del mundo, donde no haya excluidos, “desigualdades”, discriminados o fracasados y todos nos podamos sentir que estamos en la Casa Común “la Tierra”, tal como dice el Papa Francisco: “Nada de este mundo nos puede resultar indiferente, porque la Tierra es la casa común, y todos sus habitantes, compañeros y hermanos nuestros”.

El valor de la acogida ya lo tenía presente San Juan Bautista de La Salle en su tiempo. En su meditación 101,3 preguntaba a sus Hermanos si tenían sentimientos de caridad y ternura con los niños pobres que habían de educar. Y le decía: “Si empleáis con ellos firmeza de padre para retirarlos y alejarlos del desorden, también debéis tener con ellos ternura de madre, para acogerlos y para procurarles todo el bien que de vosotros dependa”. Hoy día y en nuestra mentalidad (han pasado más de 300 años), el papel de la firmeza y de la acogida se lo damos a los dos progenitores. Expresa muy bien cuál debe ser la actitud del profesor en la educación: firmeza y acogida para procurarles todo el bien que de nosotros dependa.

En el “Carácter Propio” de los colegios La Salle al definir nuestro estilo educativo nos dice que se tendrá en cuenta “el respeto a la diversidad y singularidad de las personas, y para ello se propone valorar la diferencia como posibilidad de enriquecimiento, la participación en el ejercicio democrático, la igualdad, la creación de lazos entre personas, el aprecio de la propia cultura como fuente de enriquecimiento personal y grupal. Por otra parte, el Carácter Propio deja clara nuestra opción por la educación inclusiva que atiende “a la diversidad de situaciones, ofreciendo a cada uno oportunidades para su pleno desarrollo”. Es una invitación clara para trabajar el valor de la aceptación del otro.

Sigamos, pues, en lo que queda de curso reforzando e interiorizando estos dos valores de acogida y aceptación del otro que nos recuerda el lema “Estás en casa” y fundamentales en nuestros principio educativos. Pidamos al Señor que siga construyendo la casa, como reza el salmo 127 “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.

H. J. Javier Cabrero A.

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