Comenzamos un nuevo curso y no podemos comenzar de otra manera que no sea poniendo todos nuestros sueños, nuestras metas, nuestros proyectos delante de Dios. Ofreciéndoselos en esta Eucaristía que celebramos todos juntos como familia.
En la meditación 37,3 San Juan Bautista de la Salle nos dice: “Dios quiere que los niños y jóvenes, especialmente los más alejados de la salvación, tengan posibilidades de participación y crecimiento en la sociedad, pero ha puesto la responsabilidad en nuestras manos”.
Estamos celebrando 300 años de la muerte de Juan Bautista de La Salle. Dicho de otro modo, estamos celebrando tres siglos de vida, tres siglos de historia a favor de la educación de los niños y jóvenes.
Hoy más que nunca, sus escuelas y obras educativas se esparcen a lo largo del ancho mundo, formando niños y jóvenes solidarios, responsables, con valores cimentados en la fe y en el mensaje de Jesús.
Hoy más que nunca, el sueño de nuestro fundador se hace realidad visible sobre todo en aquellos niños y jóvenes con más dificultades, en aquellos que son excluidos, en los marginados, en los pobres. Todos y cada uno de nosotros, alumnos, profesores, hermanos, personal de administración y servicios somos corresponsables de que este sueño siga vivo y continúe creciendo. Le pedimos al Señor por medio de esta Eucaristía que acreciente nuestra ilusión y nuestras ganas de trabajar en el proyecto de La Salle.